“El valle de Umbría se extendía hasta el alcance de la vista sin perder limpidez hasta la raíz del cielo. Era como estar en la cima de una torre, el espacio se envuelve como un remolino”

Cesare Brandi

El valle de Spoleto posee un paisaje magnífico. La via Flaminia corre entre los olivares de Spello y Spoleto, brindando escorzos bucólicos ya descritos por Virgilio y, siglos después, por el poeta inglés Lord Byron.

En Spello los siglos conviven en los edificios de la ciudad, que se conservan en su belleza original, de la Antigüedad al Medioevo. Los monumentos de época romana, la imponente puerta Consular, la bellísima puerta Venus y las murallas de la ciudad se mezclan con las obras maestras del arte renacentista, como el famoso ciclo pintado al fresco por Pinturicchio en la capilla Baglioni de Santa María Mayor.

A poca distancia se encuentra Foligno, en todo el centro del Valle de Umbría. Sede de la famosa señoría de la familia Trinci, Foligno fue, entre los siglos XIV y XV, una de las ciudades de arte más importantes de la región. Aquí trabajaron grandes figuras del Gótico Internacional, como Gentile da Fabriano y Ottaviano Nelli, cuyas obras aún se conservan en el palacio Trinci.

Cuando uno llega cerca de Spoleto el paisaje cambia completamente: se ven tierras ricas, cultivadas, pobladas; montañas y colinas fértiles; sobre todo, muchos olivos”

Montesquieu (Viaje por Italia)

Spoleto deslumbra al visitante con el puente de las Torres, imponente obra de ingeniería hidráulica, entre las más importantes del siglo XIV, y con su catedral, obra maestra de la arquitectura románica que conserva en su interior los frescos del pintor florentino renacentista fray Filippo Lippi.

Para disfrutar plenamente sus bellezas, hay que visitarla con calma, descubriendo poco a poco sus calles, sus plazas, sus edificios históricos romanos, longobardos, románicos, góticos y renacentistas que la convierten en uno de los cascos antiguos más interesantes de Umbría, motivo por el cual, Gian Carlo Menotti se enamoró de ella y la eligió como escenario del famoso Festival de los Dos Mundos, que todos los años atrae visitantes de todo el mundo en julio.

No lejos de Spoleto, en la Valnerina, se encuentra la abadía de San Pedro in Valle, con raros vestigios del período longobardo.
Considerando la riqueza eno-gastronómica de la zona, se podría combinar el paseo por la ciudad con la visita a un molino de aceite, escogiendo una de las hermosas almazaras de Umbría, para sumergirnos en los olivares y degustar nuestro “oro verde”.