CASIA es meta de muchos peregrinos por ser la cuna de Santa Rita de Casia, la Abogada de los imposibles, una de las santas más veneradas del mundo occidental.

Un eficiente sistema de escaleras mecánicas permite llegar cómodamente al santuario de Santa Rita, donde se conserva su tumba, construido a mediados del siglo XX por voluntad de la Beata Madre Teresa Fasce.

De gran sugestión, la visita al Monasterio, donde el visitante puede recorrer la experiencia espiritual de Rita: el claustro con la vid que cuidaba con amor, la celda con el rosario, el anillo de matrimonio o la urna que conservaba sus restos mortales antes de la construcción del Santuario y, finalmente, el fresco del Crucifijo del cual recibió la llaga en la frente, símbolo de la corona de espinas. Si bien algunos ambientes del convento no son accesibles actualmente, es posible, en todo caso, admirar estos testimonios de su vida y de su santidad desde el claustro.

A solo seis km de Casia, se encuentra la pequeña aldea donde nació Santa Rita, que cuenta actualmente con 73 habitantes. A pocos pasos el uno del otro, se encuentran los lugares en los que vivió la santa su vida de hija, mujer y madre, antes del ingreso al convento agustiniano de Casia: la iglesita de San Montano, la casa natal, el huerto del milagro, la casa conyugal, el lazareto y la roca de la oración, meta imperdible de recogimiento y silencio.